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sábado, 25 de agosto de 2012

Se han perdido la mayoría de usos y costumbres para aprovechar la biodiversidad del bosque en Los Reyes


Por Jesús Valencia Farías
25 de Agosto de 2012
Los Reyes de Salgado.- Jesús Madrigal Bautista de la Asociación de Silvicultores de la Unidad de Manejo Forestal Cotija-Tingüindín,  señaló que cada vez se pierden mas, los usos y costumbres para aprovechar la biodiversidad del bosque, porque algunas especies comestibles que la gente colectaba o cazaba, ahora se desconocen o han desaparecido.

Indicó que las nuevas generaciones carecen del conocimiento e interés para aprovechar y conservar las diferentes especies de flora y fauna que la gente de antes, sobre todo en las comunidades indígenas, aprovechaban.

Apuntó que por ejemplo, la gente joven  en comunidades como Pamatacuaro o Tzirio de Los Reyes, cuando se les pregunta sobre las especies comestibles que sus padres o abuelos utilizaban, ya no conocen ni el cerro, dijo, porque la mayoría no ha adquirido el conocimiento,  ya que incluso han perdido su lengua original,  con la que  nombraban algunas especies.

Detalló que en el cerro de Santa Rosa,  el que conoce desde hace unos cuarenta años; había diferentes variedades de maguey de donde la gente elaboraba el agua miel;  para hacer tamales, atoles o pulque, por otra parte, antes de la floración de esta planta extraían el quiote y con las pencas elaboraban riatas para los arrieros y la charrería.

Explicó que también había otro tipo de maguey de donde la gente sacaba unos pequeños platanitos rojos comestibles que llamaban timbiriches,  o el maguey destinado para producir mezcal.

Agregó que también era muy común encontrar anís para el atole de grano; limoncillo, diente de león, nurite y otras hierbas medicinales para hacer te, y algunas plantas para hacer guisos como las verdolagas, los berros o los quelites cerca de los arroyos.

Por otro lado, dijo que hace unos veinte años todavía era posible encontrar churines que son unas vainas que se daban en las barracas pero ahora aunque  se pueden  encontrar, ya no hay las condiciones para que de su fruto madure,  porque se seca desde pequeño ante la falta de humedad en el suelo, lo mismo que sucede con arboles de guayabas que antes eran muy comunes a una altura de mil cuatrocientos metros y ahora se les encuentra mas arriba.

Dijo que también había pingüicas que son unas pequeñas bellotas color naranja; muchos arboles de changungas como las que venden en puestos en el centro, y el ocotillo, pero se han ido acabando por el cambio del clima, incendios forestales y la depredación humana que no les da sustentabilidad, lo que las obliga nacer en partes más altas  y húmedas, al igual que las diferentes variedades de zetas como las pichecuas, pachacuas y terecuas.

Destacó que de la misma forma en las zanjas de las faldas del cerro, se podía encontrar chapos, ranas y tortugas pero ahora ya están contaminadas y todos esos animales han muerto en su mayoría, además de que la gente ya no se los come al ver que hay descargas de aguas de drenajes en donde habitaban estas especies.

Por otro lado menciono que la fauna que habitaba en el cerro de Santa Rosa también ha disminuido, porque antes era común ver armadillos, tlacuaches, zorros, conejos, correcaminos, tejones y sin embargo algo curioso es que ahora hay mas coyotes y garzas, añadió que también cada vez se ven menos golondrinas, cuando antes se podía ver el cielo lleno de ellas cuando arribaban al valle, al igual los tordos.

Finalmente comento que hay mucho campo para investigar porque muchas de estas variedades que disminuyen en su población y se acaban, podrían tener muchas propiedades, tanto medicinales, comestibles, comerciales y cosméticas, decorativas, etcétera., todo seria cuestión de promoverlas y rescatar los usos y costumbres que la gente de antes sobre todo en la meseta,  tenían sobre de ellas,  porque las nuevas generaciones las desconocen.




1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno, rico en información y detalles :D

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