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viernes, 12 de septiembre de 2014

He aprendido más en el transporte público que en la Escuela


Por Jesús Valencia Farías
10 de Septiembre del 2014

Morelia.- En la frase “he aprendido más en el transporte público que en la Escuela” fue en la que en el Teatro Ocampo coincidieron los presentadores del libro “Todo y siempre, casi y quizás” de Caliche Caroma y el ilustrador Sebastián Portillo.

El Teatro se llenó,  desde antes de que se abriera  ya había una fila esperando, la mayoría de personas son las que regularmente se congregan en eventos y espacios culturales en Morelia, como si esta ciudad fuera un pueblo grandote.

Todo comenzó con una presentación musical de jóvenes de Puerto Rico que tocaron una mezcla de sonidos caribeños, prehispánicos y ritmos contemporáneos que hicieron una atmosfera diferente y alternativa en ese recinto institucional, así comenzó el evento, pero eso no era todo porque aunque empezó a las 6 pm puntalmente se extendió hasta casi las 10 pm con la presentación de una serie de bandas de variados géneros musicales, lecturas del libro, palabras muy apasionadas de las presentadoras y presentadores, performance, e intervenciones teatrales para hacer catárticos algunos fragmentos del libro de Caliche y Sebastián.

Como el mismo Caliche lo dijo durante el evento “esta es una atípica presentación” porque no es como las típicas presentaciones, el hablo de que trataron de hacer un evento alternativo y totalmente diferente con presentaciones musicales de grupos diferentes, callejeros y destacados en esta capital, invitados de otras partes de la república y de Puerto Rico también,  celebraron a la misma vez la conmemoración de los 25 años del programa “Decibel” que se transmite en Radio Nicolaita en la voz, conducción y producción de Juan Carlos Trejo, un chilango rockero y promotor cultural que desde hace más de 25 años en esta ciudad.

En el libro de Caliche se puede leer lo cotidiano y caótico de la ciudad de Morelia, como si se metiera a una licuadora muchos y todos los sentires de los seres vivos en este lugar, hay influencias de literatura Beat e Infrarealista, y muchos géneros más, figuran en el estilo narrativo Charles Bukowski o Louis Kerouac de la literatura Beat en los años 50´s en los Estados Unidos.

Es una búsqueda alcohólica pero a la vez espiritual las que quedan grabadas en las páginas de “Todo y siempre, casi y quizás”, es un descaro y sinceridad a la vez para narrar anécdotas vividas durante una vida no al azar, pero si fuera de lo común de la realidad en las mayorías en Morelia.

Cuando se leen fragmentos de este libro,  se puede sentir el lector en algunos casos hasta como protagonista, porque son cosas tan cotidianas que hay muchos morelianos que las han vivido, sobre todo en las calles, es como cuando te sacude la injusticia y tienes valor de encarar y contar esa mierda.

Las personas presentes estaban muy atentas, nadie interrumpía en lo absoluto, era realmente un sentimiento muy emocional de escuchar palabras de las que todos los michoacanos alguna vez vivimos,  algo sin contar por miedo o por vergüenza.

El libro evoca a la decadencia urbana de las calles morelianas, lo cual vivió el autor, incluso tocando percusiones en esquinas de semáforos de esta capital. No tiene pudor en contarlo, situaciones a las que se tiene que llegar para por fin tener un segundo libro escrito que presenta ante un teatro lleno de amigos en la capital michoacana.







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